ANEXO I
Introducción
La sociedad modifica su comportamiento de forma constante y, en ocasiones, con tanta celeridad que exige una respuesta y un tratamiento educativo inmediato, preciso y concreto. Los tiempos actuales nos presentan nuevas estructuras familiares, procesos de comunicación de carácter primordialmente digital, que requieren, de manera urgente, fomentar entre el alumnado una capacidad de pensamiento crítico y propiciar habilidades que le permita discriminar, de manera objetiva, las situaciones que generan desigualdad, intolerancia y maltrato.
La transversalidad con la que se afrontan valores fundamentales del desarrollo de la personalidad desde el contexto educativo puede llegar a ser insuficiente si no cubre las necesidades que la sociedad actual demanda. Así, se hace necesaria la inclusión de un área específica que aborde la adquisición de capacidades emocionales, afectivas y empáticas desde un tiempo lectivo y un nivel concreto.
El momento psicoevolutivo que atraviesa el alumnado de 5º curso de Educación Primaria es propicio para abordar los bloques de contenidos propuestos apostando por que el logro de sus objetivos promueva en ellos cambios que beneficien su proceso de socialización y contribuya a la construcción de su personalidad. Es vital la formación de personas tolerantes, democráticas, respetuosas y críticas con cualquier muestra de injusticia.
Nuestro sistema de convivencia necesita protagonistas sensibles con las discriminaciones por cuestión de género, que condenen de forma activa cualquier manifestación de acoso. Así, el área de Educación para la igualdad, la tolerancia y la diversidad nace con el principal objetivo de modificar los comportamientos sociales que dañan e interfieren el estado de bienestar y posibilitar al alumnado la adquisición de los instrumentos necesarios para compensar la brecha de inequidad social actual.
El área se define a partir de tres ejes fundamentales que deben convivir de forma transversal y equilibrada.
- En el primer bloque, el área apuesta por una educación dirigida hacia la igualdad entre hombres y mujeres. Es vital resaltar la importancia de hacer un verdadero esfuerzo por fomentar la igualdad y la formación de todos los agentes participantes en los procesos de enseñanza-aprendizaje para ser capaces de dar una respuesta adecuada a las necesidades sociales actuales.
- Nuestro entorno familiar, educativo, social y laboral presenta estereotipos y roles sexistas que desde la educación debemos tratar de analizar con especial sensibilidad. Y es por ello, por lo que debemos fomentar en nuestros alumnos y alumnas la capacidad de detectar, analizar y rechazar desde una perspectiva de igualdad de género, cualquier muestra de injusticia, discriminación o violencia que surja desde la intolerancia. Pero también el bloque abordará los motivos de la brecha de género, la discriminación laboral y las causas generadoras de desigualdad.
- En el segundo de los bloques, el área dirige su mirada hacia un nuevo modelo de convivencia que evoluciona de la mano de una sociedad digital que establece unos nuevos patrones de conducta, modifica nuestra manera de comunicarnos y necesita de protagonistas tolerantes, responsables, empáticos, sensibles y autocríticos.
- La Educación para la igualdad, la tolerancia y la diversidad debe prestar especial atención a combatir el acoso escolar. De ahí que, en este bloque, se dé prioridad a que el alumnado identifique, valore y discrimine las diferentes situaciones que provocan maltrato entre iguales y plantee diferentes posibilidades como medio de prevención despertando la actitud crítica del alumnado sea cual sea el papel que desempeñe.
- Y por último, en un tercer bloque, el área trata la educación emocional y las competencias socioemocionales para la creación de la identidad personal. Uno de los principales pilares en los que debe sustentarse nuestro sistema educativo es la formación de una ciudadanía capaz de enfrentarse a las diferentes situaciones que se generan en nuestro modelo de convivencia actual.
- Para ello, se hace imprescindible dotar a nuestros alumnos y alumnas de una competencia socioemocional capaz de crear las herramientas básicas que exige una convivencia saludable. La empatía, el autoconocimiento, la autoestima o la gestión de las emociones se convierten, por lo tanto, en instrumentos básicos que debemos poner al alcance del alumnado.
- La conexión entre las emociones y el rendimiento escolar es una realidad ineludible. Los diferentes estados emocionales favorecen o inhiben la adquisición de las capacidades básicas.
- Estamos pues, ante un escenario en el que la mera transmisión de conocimientos se hace insuficiente y exige por parte del profesorado un adentramiento en el entorno socioemocional del alumnado con la finalidad de dar la respuesta más adecuada a su desarrollo educativo y proponer los cambios necesarios que favorezcan la plena estabilidad de su proceso de aprendizaje.
- La inteligencia académica, en su concepto clásico y asociada de forma exclusiva a la capacidad intelectual de los alumnos y alumnas, no garantiza el éxito personal. En cambio, la inteligencia, desde un punto de vista emocional, favorece el conocimiento del ser humano y de sus relaciones sociales y posibilita la interacción y el equilibrio social, el trabajo cooperativo y el control afectivo. De igual forma, las investigaciones otorgan a este tipo de inteligencia una capacidad preventiva de carácter esencial que evita la aparición de conductas violentas, adicciones, alteraciones alimentarias, tendencias depresivas o aislamientos sociales.
Orientaciones metodológicas.
Educar en igualdad, tolerancia y diversidad no es una tarea fácil. Los valores no se enseñan o aprenden de forma memorística, ni pueden ser fruto únicamente de una explicación en clase. Los valores se viven. Por tanto, es necesario poner en marcha procesos que ayuden a dar a conocer, entender y reforzar modelos propuestos, así como formar actitudes.
La transmisión y adquisición de conocimientos en un área de esta tipología debe ser sólo un punto de partida que desemboque en una práctica social y escolar basada en el pensamiento crítico y en la participación activa. Por ello, se hace especialmente significativo promover metodologías educativas que generen un espacio de diálogo donde las potencialidades personales puedan desarrollarse, donde los modelos propuestos se puedan experimentar y donde se puedan formar actitudes positivas para una convivencia igualitaria, pacífica y democrática.
Fomentar el trabajo cooperativo, aprender a tomar decisiones en grupo, a gestionar tareas y repartir el trabajo son claves metodológicas propias de esta área. Las dinámicas de grupo, las actividades de trabajo cooperativo en grupos heterogéneos, el desarrollo de proyectos que utilicen las tecnologías para generar conocimiento, los talleres de lectura, las dramatizaciones y el análisis de canciones serán algunas de las estrategias que orientarán el trabajo con el alumnado.
Todo ello aconseja flexibilizar la estructura espacio-temporal del aula y concebir la materia como un medio para entender que los saberes no pueden estar desconectados de los valores que pretendemos construir. Las tareas compartidas en grupos de aprendizaje dialógico y la flexibilidad en la estructura espacio-temporal del aula pueden ser ejes en las estrategias metodológicas de la materia. Así mismo, tendremos en cuenta sugerencias didácticas como: favorecer el uso de un lenguaje cercano y no sexista, promover la participación del alumnado, crear un clima de respeto a las diferencias de opinión, etc.
Estrategias metodológicas en grupos cooperativos.
La cooperación es la contrapartida de los planteamientos competitivos. Quien opta por una metodología de cooperación está apostando abiertamente por una sociedad en la que prevalecen valores como la comunicación, la ayuda, el respeto, la diversidad, la inclusión, la participación y la responsabilidad. Las técnicas que proponemos parten de un enfoque socio-constructivista y dialógico que se basa en la interacción entre iguales y con los adultos.
El aprendizaje es una acción individual que se consolida y favorece a través de la acción interpersonal. Así, organizaremos pequeños proyectos, diferentes técnicas, dinámicas grupales, etc. Es un planteamiento que valora la socialización, la adquisición de competencias sociales, el autocontrol, el valor de los distintos puntos de vista y la cooperación para el logro.
Estrategias metodológicas para flexibilizar la estructura espacio-temporal del aula.
Se procurará generar espacios y entornos en que alumnas y alumnos puedan interactuar y realizar trabajos autónomos y con la adecuada mediación. Espacios flexibles y pensados para facilitar el trabajo en grupos cooperativos, la búsqueda de información y el acceso a recursos. En cuanto a los tiempos, no se trata de dedicarlo sólo al área sino que ésta impregne el resto de la jornada escolar y las relaciones que surgen en ella, poniendo en práctica las actitudes y habilidades desarrolladas.
Por ejemplo, un blog de valores, que puede ser gestionado por los propios alumnos y alumnas, el aprendizaje-servicio en tiempos como el recreo u otros momentos a lo largo de la semana, cuadernos de campo, etc.
Orientaciones para la evaluación.
La evaluación tendrá un carácter formativo y continuo a lo largo del proceso de enseñanzaaprendizaje. Se utilizarán instrumentos que preferiblemente den una información cualitativa acerca del proceso y orienten al alumnado en los pasos siguientes del mismo ayudándoles a mejorar.
Contribución a la adquisición de las competencias clave Desde un área con las características que estamos tratando se contribuye a la adquisición y el desarrollo de algunos de los aspectos destacados en varias de las competencias clave, especialmente en la lingüística, la social y cívica, la de aprender a aprender y la digital.
- Competencia social y cívica Potencia la adquisición de las herramientas y habilidades necesarias para convivir en sociedad desde una participación activa y democrática. Se pretende que el alumnado adquiera competencias personales, interpersonales e interculturales, así como formas de comportamiento que preparan a las personas para participar de una manera eficaz y constructiva en la vida social y profesional, especialmente en una sociedad cada vez más diversa, favoreciendo y reforzando la autonomía, la autoestima, la capacidad de análisis crítico y la identidad personal.
- La competencia está encaminada a desarrollar en el alumnado valores de respeto, tolerancia e igualdad, siendo capaz de afrontar las situaciones de conflicto de forma adecuada. Para poder participar plenamente en la sociedad es fundamental comprender los códigos de conducta.
- Por ello, desde esta perspectiva, se abordarán elementos como la capacidad de comunicarse de manera constructiva, mostrar tolerancia, expresar y comprender puntos de vista diferentes, inspirar confianza y sentir empatía. Las alumnas y los alumnos, igualmente, deben saber gestionar sus emociones de cara a la construcción de una identidad personal y social que conlleve el desarrollo de actitudes de respeto a los demás, de conocimiento de la diversidad, así como la disposición a superar prejuicios y estereotipos.
- Competencia lingüística El área posibilita al alumnado la adquisición de habilidades que le permitan expresarse de manera correcta e interpretar pensamientos, sentimientos, emociones, hechos y opiniones, tanto propios como ajenos, e interactuar de una manera adecuada en cualquier situación y en cualquier ámbito de la vida, evitando el uso del lenguaje sexista y los micromachismos. Aprender a aprender Desde esta área se fomentará la argumentación como forma de construir conocimientos, la estimulación de habilidades sociales, el trabajo cooperativo y el desarrollo del pensamiento crítico, apoyándose en situaciones habituales de su vida cotidiana.
- Competencia digital La interacción social, incrementada por el uso de los medios tecnológicos, provoca cambios en el modo en el que las nuevas generaciones aprenden, acceden y difunden la información y el conocimiento, así como en las nuevas formas de comunicación. Somos competentes digitalmente cuando entendemos qué herramientas nos ofrecen las TIC y las redes sociales, cuál es su correcta utilización y qué estrategias existen que permitan utilizar al máximo ese recurso.
- De aquí surge la necesidad de resolver problemas para afrontar el impacto que los retos digitales nos plantean. Es precisamente en este aspecto donde más va a contribuir el área.
- La Educación para la igualdad, la tolerancia y la diversidad incorpora al currículo de Primaria estos contenidos y fomenta la responsabilidad social de las tecnologías, su buena utilización, la no discriminación por razones de género y la capacidad para interaccionar dentro de grupos virtuales. En definitiva, todos estos aspectos completan el currículo y contribuyen de manera muy específica a desarrollar la competencia digital de nuestro alumnado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario